Todo empieza con una semilla.

Nunca me había puesto a pensar que toda la vegetación que nos rodea vino de algo tan

pequeño, como una semilla.

Es hermoso ver el color azul del cielo combinando con los paisajes verdes claros y obscuros haciéndose tan indispensable el uno del otro y la vegetación es tan esencial en nuestro día a día. No pensaba en esto porque me enfocaba en otras cosas como familia, trabajo etc. Hasta que tuve la oportunidad de plantar algo tan hermoso como lo es las fresas, son plantas de muy buen aspecto. Sus hojas verdes, sus flores blancas y su particular fruto que es la fresa; (el cual es un receptáculo engrosado y que su verdadero fruto lo lleva la semilla) En fin, esta ha sido la primera planta que sembré y fue todo un acontecimiento ya que nunca lo había hecho. Esto me influenció a motivar a otras personas a que planten es un muy buen ejercicio que se puede poner en práctica en el diario vivir lo digo por el trato que tenemos los unos con otros, imaginemos que debe estar en un punto estratégico donde no haya mucho sol y no se mueva constantemente. Tener paciencia ya que los frutos no se dan de la noche a la mañana y cuidar de ellas, darles mucho amor todos los días hasta me atrevo a decir que hablarles bonito todo esto les ayuda para cuando se coseche el primer fruto sea una experiencia y sabor indescriptible, no como lo cotidiano que siempre está a la mano, no se sabe su procedencia y no lo valoramos. Por esta y muchas razones más los invito a sembrar para emprender juntos este viaje a nuestro propio huerto.